Mi Camino
Hola y gracias por tu interés en leer esta historia.
Mi nombre es Carlos Rodríguez, tengo 44 años y soy venezolano. Padre de familia, felizmente casado con Yosselin, una compañera inigualable, y padre de dos hermosos hijos, Ximena y Julián, quienes son mi motor y motivación para mejorar cada día.
Mi profesión original es la medicina. Así es, soy médico, egresado de la Universidad Central de Venezuela hace 20 años y posteriormente especializado en Cirugía General y Coloproctología (cirugía colorrectal). Mi formación profesional se llevó a cabo en Venezuela y en otros lugares como Estados Unidos, Francia y Bélgica, donde tuve la oportunidad de realizar diversos cursos, diplomados y fellowships que enriquecieron mi curriculum profesional médico y que me permitieron ejercer esa bella profesión durante 16 años.
Ahora bien, se preguntarán, cómo es que un médico dedicado a su pasión profesional terminó envuelto en el mundo de los negocios y las finanzas…
Bueno, mi historia financiera se remonta a mi infancia. A los 6 años creé mi primer negocio. En aquella época me gustaba dibujar figuras de cabeza grande tipo caricaturas, las cuales vendía en mi colegio a mis compañeros de clase por el precio de un bolívar (moneda local venezolana). El primer día gané 17 Bs o el equivalente a unos 4$ del momento. Mi padre estaba super orgulloso. Con el tiempo comencé a hacer más material e incluso algunos cuadernos para pintar que también se vendían. Vale destacar que yo no tenía talento alguno para el dibujo, básicamente calcaba las ilustraciones de otros formatos, pero a mis compañeros les gustaba el material y lo compraban. Con el tiempo se me fue agotando el material y las ideas y después de algunos meses el negocio murió.
Pasó un tiempo antes de descubrir otra oportunidad. En el tercer grado, un día mientras esperaba el autobús escolar en la entrada del edificio en la mañana, me di cuenta que había una mata de mamón, una fruta que en otros países se conoce como mamoncillo, huaya o spanish lime. El punto es que logré tumbar algunos de la mata, los guardé en mi lonchera y los vendía al llegar al colegio. Nuevamente mis amigos me apoyaron y les gustaba el producto. De nuevo el negocio murió cuando ya la mata se quedó sin carga y a medida que fue pasando el tiempo yo también me distraje entre los estudios, el deporte y otras actividades como la música.
Durante mi adolescencia asistía en mis vacaciones a ayudar a mi padre en su negocio, la óptica y el consultorio de oftalmología. Mi padre fue el primer emprendedor que conocí. Un hombre muy trabajador y dedicado que me enseñó lo básico sobre el valor del trabajo, el respeto a nuestros trabajadores, el buen trato al cliente y la integridad. Aunque mi padre ya partió de este plano, sus enseñanzas me guían día tras día y el negocio sigue en pie, y muchas personas aún llegan preguntando por él, ya que logró crear una imagen de seriedad y compromiso durante casi 50 años.
Mi camino de negocios (afortunadamente o no) fue interrumpido durante varios años mientras estudiaba medicina. Fue un tiempo de intenso estudio en temas que me apasionaban pero que poco o nada tenían que ver con el mundo de las finanzas. Sin embargo, siempre había algo que me llamaba la atención respecto a lo anterior, y era precisamente el hecho de que durante la carrera no se hacía mención nunca a los elementos financieros o administrativos del negocio de la salud, y peor aún, ni siquiera a los personales. En ningún punto de mi formación académica alguien me enseñó a invertir, o a endeudarme, o a manejar una tarjeta de crédito o a pensar en el futuro.
El introducir el término dinero dentro del mundo de la salud era como una especie de ofensa o tabú. Generaba malestar e incomodidad. Y así fue pasando el tiempo mientras me daba cuenta cada vez más que esa situación representaba un problema. De hecho, durante mis entrenamientos en otros países me percaté de que en esos lugares ocurría lo mismo. Una escasa o nula cultura financiera por parte del personal de la salud, que se limitaba a hacer su trabajo sin apenas cuestionar las realidades de su entorno financiero, más allá de los convenios laborales establecidos públicos o privados.
Durante mi ejercicio profesional me fui dando cuenta que las finanzas debían ser parte integral del entorno del paciente. Que la mayoría de las personas que acudían por alguna enfermedad tenían algo en común: alguna preocupación financiera de corta o larga data. Por supuesto que también había pacientes que, teniendo dinero suficiente, sufrían alguna enfermedad importante. Y allí constaté otra verdad: el dinero debe ser un aliado y no un elemento de carencia, ni tampoco un elemento en donde descanse la felicidad. Es solo un aliado, un recurso muy valioso, que puede ayudarnos o perjudicarnos de acuerdo con el enfoque que le proporcionemos.
Ya formado como médico comencé mi camino profesional. Ejercí la cirugía y al mismo tiempo abrí un negocio de salud. Una unidad médica donde trabajaban varios colegas y se atendían distintas especialidades. Fue un poco cuesta arriba, ya que la relación con las compañías aseguradoras hacía difícil el modelo de negocio y la situación económica de Venezuela ya comenzaba a mostrar los primeros signos de crisis. Al final decidí mantener solamente mi ejercicio profesional, pero comencé a incursionar en otras opciones de negocios que me llamaban la atención.
Invertí en un restaurante de manera muy romántica y después de un año tuvimos que cerrar, pero aprendí valiosas lecciones como lo son la propuesta de valor, elemento diferenciador y posicionamiento. De allí en adelante decidí que quería incursionar de lleno en el mundo de los negocios y las finanzas. Hice mi primera formación en finanzas y luego en coaching en Real Estate para inversiones en los Estados Unidos. Allí hice mi primera inversión inmobiliaria.
Posteriormente abrí una franquicia inmobiliaria en mi país y tuve la oportunidad de fundar un fondo de propiedades con un socio en el Reino Unido. Fue una gran oportunidad para lograr posicionamiento y crecimiento. Con el tiempo fui incorporando formación en mercado de valores, trading, cripto, negocios y startups. Todo esto a medida que me iba alejando cada vez más del mundo médico y entrando más de lleno en el mundo de las finanzas, inversiones, negocios y emprendimiento.
Con ello logré crear mi primer fondo privado, donde manejaba cuentas de inversión bursátiles en el mercado internacional, consultoría de negocios y se dió el nacimiento de mi marca Dr. Salud Financiera. Una propuesta que busca educar en las finanzas como parte integral del concepto de salud.
Para el momento actual, después de esta aventura financiera de casi 10 años, soy Presidente y Fundador de Grupo Cercapital, un Fondo de Inversión de capital privado que se encuentra en Venezuela y que es una institución financiera regulada por la autoridad competente (Sunaval) y que cotiza en bolsa pública.
Nuestro modelo de inversión es tipo Private Equity y al tratarse de una propuesta de diversificación, podemos invertir en distintos sectores como Real Estate, petróleo, minería, agroindustria, turismo, tecnología, etc. Adicionalmente dirijo una Startup llamada Infomigration que busca brindar soluciones a la industria migratoria y participo en otros negocios tipo comercial, en diversos sectores como salud, gastronomía o fashion.
A partir de allí, mi vida financiera se ha consolidado en una propuesta de valor que busca generar soluciones para el país y para las personas de cualquier parte del mundo que deseen convertirse en inversionistas profesionales y generar valor para sus familias y sus comunidades.
Si has leído hasta aquí, te felicito y agradezco el interés. De la misma manera te invito a seguirme en este camino de las inversiones y negocios y a que me permitas ayudarte a crecer junto conmigo de la manera en la que yo lo he hecho y lo sigo haciendo.
“La diferencia entre la riqueza y el tener dinero está en el valor adicional que se genera al entorno”.
Dr. Carlos Rodríguez
Dr. Salud Financiera